viernes, 24 de abril de 2009

Nace este blog con la idea de escribir esas cartas que nunca llegamos a escribir porque no tenemos a quien mandarsela, o porque tememos que al mandársela aburramos a su destinatario, o se enfade con nosotros, o se ria de nosotros. Son esas cartas producto de un estado de ánimo breve o duradero, nunca lo sabemos a priori, pero intenso, que nos atenaza y dirige todas nuestras actuaciones, nuestras conversaciones, nuestros pensamientos. A veces, esas cartas son alegres, muy alegres; otras veces son tristes; otras, melancólicas. Pero todas tienen algo en común: se escriben con intensidad; notas como sale de tu interior cada palabra, cada frase.
Algunas van a ir dirigidas a alguien en particular; otras a nadie. Pero todas, absolutamente todas, nacen de lo más profundo y van dirigidas a lo más profundo.

1 comentario:

  1. Corsario, qué buena idea tuviste al volcar en este espacio virtual aquellas cartas que uno escribe y quedan por ahí, arrumbadas en algún rincón. O esas que se hilvanan en la mente mientras se espera, o mientras se camina... Palabras que necesitaban un cauce.
    Te felicito

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